Gracias a la acción valiente de una mujer víctima que en marzo de 2019 denunció ante la Fiscalía General de la Nación la tragedia de la violencia en contextos religiosos, empezamos a darnos cuenta que nos unía una particularidad: Todos fuimos víctimas.

Fue durante el maravilloso ejercicio de reconstruir nuestras redes de apoyo que la amistad nos motivó a crear en septiembre del mismo año METAMORFOSIS del silencio a la Vida, llevados por un deseo incontenible de ayudar a otros que como nosotros sufrieron diversos tipos de violencia durante la práctica de su fe, pero sobre todo de evitar que siguieran surgiendo nuevas víctimas, puesto que así sucedió a muchos durante más de 20 años.

El apoyo psico-social y jurídico han sido fundamentales camino a la libertad de nuestras vidas. Hemos aprendido que enfrentar  la verdad y ser escuchados y acompañados es la mejor manera de empezar el proceso que nos lleva a tomar y ver nuestra vida como el regalo que es.

Nuestro logo es la representación visual de nuestro proceso: Una familia unida que extiende sus manos firmes para decir ¡no más!, una metamorfosis que empezó en el oscuro y profundo silencio hasta alcanzar la libertad de un alma alada.